El pasado 21 de Septiembre se llevo a cabo la celebración de día del Niño en el centro REMAR (hogar de niños en riesgo social) ubicado en la Aldea Villa Vieja de el Municipio de Tegucigalpa. la celebración comenzó a la 2:00 Pm Los niños ya nos esperaban, después de una calurosa bienvenida por parte de los niños y los encargados pasamos a la jornada de juegos donde bailamos "El Robot" y cantamos "El Carro de mi Jefe", luego jugamos algunos
juego tradicionales entre ellos La culebrita, Capeador, Cuerda y Limbo, donde los más grandes aprovechamos para contagiarnos del espíritu juguetón de los más chicos. Cuando todos, menos los niños, estábamos algo agotados pasamos a reventar las piñatas, vendados y algo mareados (por las vueltas previo al turno para romper la piñata) los 30 niños del centro reventaron dos piñatas repletas de confites, se mostraron 
felices de poder darle con energía a la piñata y ensuciarse un poco recogiendo los dulces que caían. Pasadas las 4 de la tarde llegaba la parte más dulce, un enorme pastel para unas 50 personas lo repartimos entre todos los asistentes, tamaño pedazote el que tocaba para cada quien!
Los niños también querían hacernos sentir bien así que como si fuéramos estrellas de Hollywood pidieron que cada uno de los
socios asistentes firmáramos sus sombreritos de fiesta.
La Parranda tenía que continuar, pero mamá naturaleza no pensaba lo mismo, una torrencial lluvia nos "aguó la fiesta". Obligándonos a suspender todo no sin antes recibir muchos abrazos de despedida acompañados de un sincero y tierno "¡vuelvan pronto!".
juego tradicionales entre ellos La culebrita, Capeador, Cuerda y Limbo, donde los más grandes aprovechamos para contagiarnos del espíritu juguetón de los más chicos. Cuando todos, menos los niños, estábamos algo agotados pasamos a reventar las piñatas, vendados y algo mareados (por las vueltas previo al turno para romper la piñata) los 30 niños del centro reventaron dos piñatas repletas de confites, se mostraron 
felices de poder darle con energía a la piñata y ensuciarse un poco recogiendo los dulces que caían. Pasadas las 4 de la tarde llegaba la parte más dulce, un enorme pastel para unas 50 personas lo repartimos entre todos los asistentes, tamaño pedazote el que tocaba para cada quien!Los niños también querían hacernos sentir bien así que como si fuéramos estrellas de Hollywood pidieron que cada uno de los
socios asistentes firmáramos sus sombreritos de fiesta.La Parranda tenía que continuar, pero mamá naturaleza no pensaba lo mismo, una torrencial lluvia nos "aguó la fiesta". Obligándonos a suspender todo no sin antes recibir muchos abrazos de despedida acompañados de un sincero y tierno "¡vuelvan pronto!".
